“La tendencia había comenzado a crecer antes de la pandemia, pero el COVID-19 la aceleró cuatro veces más rápido. En un lapso de un año, el concepto se ha desarrollado de manera importante. Las personas ya no compran solamente a grandes almacenes como Walmart y Liverpool, si no que con el e-commerce están comprando directo a los proveedores”, explica Francisco Muñoz, senior VP Logísticas de CBRE.
A un año de haber comenzado con negociaciones, la inmobiliaria ya cuenta con cinco espacios de última milla desarrollados por empresas de grandes centros de distribución en la zona metropolitana, que ahora se adaptan a las nuevas necesidades. La compañía espera que el año cierre con 10 de estos almacenes.
Pero estar cerca de la Ciudad de México, una de las metrópoli más pobladas del mundo y, por lo tanto, con un mercado importante, no es suficiente. Las empresas y desarrolladoras inmobiliarias han puesto su atención en vías clave, como Viaducto, Circuito Interior y Periférico.
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El problema es que la capital del país es su alta densidad. “La CDMX está sumamente saturada, es muy complicada. Tiene retos de tráfico, seguridad, de permisos, precios, uso de suelo, problemas de tierra ya que debajo hay agua y hace el suelo muy inestable para naves industriales. Además, se deben cumplir requisitos de tener buenos accesos, anchos seguros, elementos de seguridad, entre otros”, explica David O’Donnell, CEO de la desarrolladora de espacios industriales O’Donnell.
Esto deriva en que haya pocos espacios para construir almacenes, así que las inmobiliarias han encontrado dos maneras para crear espacios, demoler y empezar de cero o reconvertir. Para el directivo, la primera opción es complicada ya que requiere un mayor desembolso, contaminación y molestias con los habitantes de la zona.