Ante gritos de “vivienda para vivir, no para invertir”, en 2022 jóvenes de la Ciudad de México se manifestaron frente a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) para reclamar el incremento del precio de los inmuebles. Este 2024 en España, se comienza a levantar una huelga de alquileres contra los precios abusivos que han causado problemas para la mayoría de la población.
El acceso a una vivienda digna y asequible se ha convertido en uno de los mayores retos que enfrentan las ciudades, tanto en México como en el resto del mundo. La creciente urbanización, los altos costos de construcción y la especulación inmobiliaria han generado una crisis que afecta por igual a países desarrollados y en vías de desarrollo.
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En México, este problema toma múltiples formas: desde los asentamientos irregulares en las periferias de las grandes ciudades hasta la gentrificación de los barrios céntricos. El país enfrenta un déficit habitacional calculado en más de 8 millones viviendas que impacta directamente la calidad de vida de las personas.
En el país, uno de los orígenes de los problemas radica en la desigualdad socioeconómica y la falta de acceso a servicios básicos en muchas áreas urbanas, dificultad que se comparte en otros países de la región, como en Colombia.
El problema que le da la vuelta al mundo
En Latinoamérica el nido de los problemas es compartido y, aunque se ha desarrollado en diferentes etapas y escalas, dibujan una realidad diferente:
Desigualdad económica.
Crecimiento urbano desordenado.
Falta de infraestructura.
Asentamientos informales.
Falta de acceso a servicios.
“Vivimos en un país donde el 1% de la población obtiene más de una cuarta parte del ingreso nacional”, señaló Enrique Peñalosa, ex alcalde mayor de Bogotá, Colombia en el Bloomberg CityLab 2024.
El funcionario colombiano destacó que la disparidad económica que también se refleja en el acceso a vivienda y espacios públicos. En México, la situación es similar, en donde 10% de los mexicanos acapara 79% de la riqueza.
La falta de planificación urbana y la expansión no regulada agravan esta situación, lo que impide que todos los ciudadanos disfruten de infraestructura adecuada y oportunidades equitativas. El crecimiento descontrolado de las ciudades mexicanas también ha empeorado la situación de la vivienda informal. Un caso conocido es el de Iztapalapa, en la Ciudad de México en donde la mancha urbana llegó antes que los servicios, por lo que la zona se enfrenta históricamente al desabasto de agua.
En Montevideo, Uruguay, también se comparte el reto. Zonas urbanas que antes no tenían problemas de abastecimiento de agua ahora enfrentan una crisis provocada por la urbanización sin control.
En América Latina, la informalidad en la tenencia de la tierra complica aún más la situación. “Tenemos un 14% de la población viviendo en asentamientos informales. Necesitamos soluciones que incluyan la participación activa de la población en el diseño de políticas para aumentar la oferta de vivienda", comentó Washington Fajardo, especialista en desarrollo urbano de la Harvard Graduate School of Design en el Bloomberg CityLab.
Estos problemas de vivienda están ligados a la desigualdad y la falta de acceso a recursos. Enrique Peñalosa apuntó que “en una economía de mercado siempre habrá desigualdad de ingresos”, pero las ciudades pueden reducir estas brechas garantizando acceso equitativo a servicios y espacios públicos como parques, aceras y transporte. La falta de acceso a espacios públicos de calidad es un problema que afecta la calidad de vida, especialmente en ciudades de rápido crecimiento.
El reto no se limita a la construcción de viviendas, sino a cómo las ciudades se diseñan para integrar a sus habitantes de manera justa. Peñalosa argumenta que la falta de acceso al transporte público y a los servicios comunitarios amplía la división entre ricos y pobres. Esta inequidad en el uso del espacio urbano tiene implicaciones directas en el acceso a la vivienda.
Un autobús con 15 pasajeros tiene derecho a 15 veces más espacio vial que un automóvil con una sola persona.
Enrique Peñalosa.
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Las estrategias probadas
Ante estos desafíos, se han propuesto diversas soluciones tanto en México como a nivel mundial. Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores de México, subraya que la vivienda debe estar vinculada a los cambios sociales y económicos. "Debemos articular la política internacional con las necesidades internas de México", dijo Peñalosa, al subrayar la importancia de abordar los retos de vivienda para las clases más desfavorecidas.
La transformación que México está atravesando debe incluir estrategias claras para la construcción de viviendas dignas y asequibles, especialmente en las áreas más marginadas. Enrique Peñalosa sugirió que la clave es crear una “igualdad democrática” donde los bienes públicos prevalezcan sobre los intereses privados en las decisiones de planificación urbana.
Esto implica que los espacios públicos, como parques y aceras, se diseñen para que tanto ricos como pobres puedan disfrutarlos en igualdad de condiciones. “Un ciudadano en una bicicleta de 100 pesos (colombianos) es tan importante como uno en un automóvil", dijo Peñalosa al hablar cómo se debe rediseñar el uso del espacio vial.
Peñalosa también destacó la necesidad de reformar el uso del suelo y las políticas de vivienda, tal como lo hizo en Bogotá con la creación de proyectos de vivienda social que beneficiaron a medio millón de personas durante sus mandatos como alcalde.
A nivel global, se han propuesto soluciones innovadoras para abordar la crisis de vivienda, especialmente en ciudades en rápido crecimiento. El uso de financiamiento verde para construir viviendas sostenibles y energéticamente eficientes es una de ellas, de acuerdo a Camila Rodríguez Hernández, gerente regional de Infraestructura y Energía para Europa y América Latina de la Corporación Financiera Internacional.
Otro enfoque destacado es el concepto de urbanismo romántico, promovido por Daphne Lundy, académica pública en el Centro Moynihan del City College de Nueva York, que sugiere la creación de espacios que no solo ofrezcan vivienda, sino que también fomenten relaciones sociales. Lundy explicó cómo el diseño de espacios urbanos puede facilitar la interacción entre los residentes, fortaleciendo así las comunidades y mejorando la calidad de vida.
En países como Corea del Sur, la baja tasa de fertilidad está estrechamente ligada a las dificultades que enfrentan los jóvenes para acceder a una vivienda adecuada y asequible.
La vivienda se ha convertido en un factor determinante en la decisión de formar una familia, ya que los altos costos inmobiliarios, junto con la falta de seguridad económica y laboral, desincentivan a muchos jóvenes a tener hijos. Además, la presión laboral y la falta de políticas familiares sólidas, como el apoyo en el cuidado infantil y el tiempo libre, hacen que las parejas jóvenes enfrenten dificultades para equilibrar la vida personal y profesional.
El programa Solomon’s Choice busca abordar este problema de la vivienda en Corea del Sur mediante un enfoque en el acceso a viviendas asequibles para los jóvenes y las familias emergentes. El objetivo del programa es ofrecer opciones de alquiler con precios accesibles y esquemas de financiamiento que faciliten a las parejas jóvenes adquirir una vivienda sin endeudarse excesivamente.
Iniciativas como los condominios multifamiliares en Santiago, Chile, que permiten a varias generaciones vivir juntas en viviendas más densas y sostenibles, son un ejemplo de cómo mejorar la cohesión familiar y la utilización del espacio urbano.