La demografía de los arrendatarios muestra un perfil joven, con una mediana de edad de 33 años, cinco años menor que la de quienes habitan vivienda propia. De acuerdo al Infonavit, esta diferencia podría explicarse por la movilidad y flexibilidad preferida por las personas más jóvenes o por una menor capacidad económica para adquirir un inmueble.
La distribución por género revela que del total de la población que habita en una vivienda rentada, el 51.9% son mujeres y el 48.1% son hombres, proporciones similares a las observadas en viviendas propias.
Perspectivas y demanda futura
De acuerdo al Informe de Vivienda, se estima que 584,000 personas tienen interés en rentar. Este grupo se caracteriza por ser más joven y con menores ingresos que quienes buscan comprar o construir.
La mediana de edad de los futuros arrendatarios es de aproximadamente 30 años, mientras que para quienes planean adquirir una vivienda es de 32 años.
En términos de ingresos, los datos revelan que los demandantes de vivienda en renta tienen una mediana de ingresos laborales de 5,200 pesos mensuales, por debajo de los 6,000 pesos que perciben en promedio quienes buscan comprar o construir.
Cómo protegerse de fraudes
En México se pierden al año alrededor de 600 millones de pesos en estafas en el sector, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI). Entre ellos se han identificado cuatro más comunes: usuarios inexistentes, datos incorrectos en las propiedades, precios más bajos de lo normal, falsificación de documentos o falta de ellos y solicitudes de transferencias antes de rentar.
De acuerdo al organismo, para evitar este tipo de estafas lo primordial es contar con un contrato que proteja tanto a inquilino como al propietario y validar con quién se realiza, si con el dueño del inmueble de manera directa o con el apoderado legal.
También se recomienda verificar que las características de la propiedad coincidan con las que se anuncian y se encuentran en el contrato, por lo que una visita presencial al lugar y la zona nunca está de más. Y, principalmente, que no se haga ningún pago por adelantado antes de haber validado la legalidad del inmueble.