A pesar de que 2024 cerró con una recuperación en levantamiento de financiamiento, en enero de 2025, la inversión de capital de riesgo en México cayó 90.65% frente al mismo mes del año anterior. Solo dos operaciones se concretaron, ambas impulsadas por fondos internacionales.
De acuerdo con el reporte de la consultora financiera TTR Data no se registraron inversiones locales. “Toda la industria venture capital está un poco revolucionada. Las tasas están muy altas, los limited partners (inversionistas institucionales) no están accesibles a extender nuevamente financiamiento”, dijo Rubén Frattini, director visionario y fundador de Proptech Latam.
Cambio en el financiamiento
Este entorno provocó un giro en las fuentes de fondeo. El capital en forma de deuda gana protagonismo frente al venture capital. De los 149 millones de dólares captados por las proptech mexicanas en 2023, 86% correspondieron a deuda.
En este contexto las startups buscan alternativas que les permitan preservar su valuación sin diluir su capital. “Empiezan a aparecer nuevas formas de financiar a las startups. En algunos casos no va a ser dándoles dinero, sino trabajo”, agregó Rubén Frattini.
Uno de los cambios más marcados es el de expectativa: de crecimiento acelerado a rentabilidad sostenible.
Las startups han tenido que demostrar que su modelo funciona más allá del storytelling. “Hay una expectativa desde los promotores inmobiliarios de mirar a las startups como aliadas estratégicas”, explicó Frattini, cuyo evento de Proptech Latam se llevará a cabo en México del 2 al 6 de junio.
El principal obstáculo, el mismo ecosistema
Pero el acceso al capital no es el único reto y el entorno económico, así como las regulaciones al sector, no encabezan las preocupaciones de la industria. Los negocios primero tienen que derribar el muro que provocan la baja adopción tecnológica por parte del sector inmobiliario tradicional.
A pesar de que existen herramientas para automatizar desde la captación de contacto con clientes hasta la gestión de propiedades, muchos agentes aún las desconocen o desconfían de ellas.
“Siguen usando páginas web obsoletas. No tienen tecnología. Y muy pocas se están adecuando”, comentó Frattini. Para estas plataformas, el principal obstáculo es generar confianza.
“Lo más complicado era hacerse de clientela, hacer que el asesor inmobiliario confiara en ellos para compartir su cartera”, recordó Fernando Rodríguez Bustamante, miembro del Consejo de Inmobiliarios Profesionales (CIP) del Clúster de Innovación y Transformación Inmobiliaria (CITI).
Durante la pandemia, la digitalización parecía avanzar sin freno. Startups como Flat, QuintoAndar y Clau irrumpieron con fuerza. Sin embargo, la normalización posterior reveló deficiencias en la tropicalización de sus modelos de negocio.
“Es muy diferente cómo se hacen las cosas en Brasil a cómo se hacen en México”, dijo Fernando Rodríguez. QuintoAndar, por ejemplo, compró Inmuebles24 y lanzó Benvi, un producto exclusivo para rentas. Ofrecía pagos de 4,000 pesos por inmueble ingresado a la plataforma, sin importar si se rentaba o no. “Era un buen producto, pero sus contratos eran muy leoninos”, explicó el experto. La desconfianza derivó en su cierre en menos de un año.