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Por 500 pesos puedes ser dueño de la fracción de un inmueble... pero hay riesgos

A través de modelos como el crowdfunding, la compra fraccionada de vivienda, fondos especializados y esquemas internacionales se puede invertir desde 500 pesos.
vie 04 julio 2025 07:28 AM
Crowdfunding inmobiliario: Cómo invertir en bienes raíces desde 500 pesos y qué riesgos hay
Las inversiones se realizan como financiamiento de desarrollos o adquisición de partes de un inmueble.

Invertir en bienes raíces ya no implica ser propietario único de un departamento o una casa: ahora es posible ser dueño de una fracción de un inmueble en México, en Estados Unidos o incluso en Dubái, desde 500 pesos o mil dólares. El cambio no solo responde a la digitalización de los servicios financieros, sino también a la necesidad de esquemas más accesibles.

Durante décadas el ladrillo fue sinónimo de estabilidad financiera. Comprar una propiedad para rentarla o revenderla era visto como una apuesta segura, incluso por encima de instrumentos bursátiles. Hoy, sin embargo, adquirir una vivienda completa implica una inversión millonaria, años de hipoteca, trámites notariales y largos periodos de espera para recuperar lo invertido.

El mercado responde con nuevas alternativas: inversiones fraccionadas, plataformas digitales, esquemas de copropiedad y fondos especializados que prometen diversificación, menores barreras de entrada y mayor liquidez.

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Crowdfunding inmobiliario: acceso desde 500 pesos

El modelo de crowdfunding permite que cientos de personas se conviertan en inversionistas de un desarrollo inmobiliario. A través de plataformas como Briq, M2Crowd o 100 Ladrillos, los usuarios financian desde la construcción de un edificio hasta su operación y renta posterior. “Desde 500 pesos se puede invertir”, dijo Alberto Padilla, fundador de Briq. “La ventaja es que puedes construir un portafolio: no solo invertir en un proyecto, sino en 10, 15 o más”.

Estos esquemas permiten a los usuarios elegir entre diversos proyectos: viviendas residenciales, naves industriales, oficinas o incluso centros comerciales.

La rentabilidad depende del tipo de inversión. Si se financia una construcción, el retorno puede tardar entre 24 y 30 meses. Si se participa como socio propietario, los rendimientos por renta pueden tomar entre seis y diez años, según la plusvalía.

El riesgo principal es el incumplimiento del desarrollador. Por lo que plataformas buscan mitigar estos riesgos mediante garantías y alineación de intereses: “Si yo pierdo es porque tú también pierdes”, explicó Padilla. Las plataformas reguladas, agregó, están obligadas por ley a ser transparentes en sus campañas de inversión.

Compra fraccionada: casas de playa compartidas

Otro modelo que ha ganado terreno es la adquisición fraccionada de viviendas, principalmente en destinos turísticos. Empresas como Kocomo permiten que hasta ocho personas compartan la propiedad de una casa o departamento, con derechos proporcionales de uso y un sistema rotativo para elegir las semanas disponibles cada año.

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“Históricamente, los fractionals los hacía un desarrollador y cuando la gente quería vender, perdía”, explicó Martin Schrimpff, CEO de Kocomo. “Nosotros creamos un marketplace que permite revender las participaciones y mantenemos márgenes de solo 12.5%”.

A diferencia del tiempo compartido, en este modelo se es dueño legal de una fracción del inmueble, a través de un fideicomiso y una empresa constituida en Estados Unidos.

La inversión inicial puede partir desde los 50,000 dólares y los propietarios pagan cuotas de mantenimiento mensuales, que oscilan entre 100 y 150 dólares, además de gastos operativos al costo. En México, Kocomo prioriza inmuebles en lugares como Puerto Vallarta, Los Cabos y Riviera Maya, y se expande hacia Miami para atender a inversionistas de América Latina.

Fondos inmobiliarios: menos control, más estabilidad

Quienes prefieren invertir sin involucrarse en la administración de un inmueble pueden optar por vehículos financieros especializados como las Fibras (Fideicomiso de bienes raíces), CKDs o fondos privados.

Estos fondos concentran capital de múltiples inversionistas para adquirir y operar portafolios de propiedades que generan rendimientos estables. En general, estos esquemas requieren montos de entrada más altos y un mayor conocimiento financiero.

Sin embargo, ofrecen diversificación automática y exposición a activos como hoteles, centros logísticos o parques industriales, de acuerdo con Grupo Bursátil Mexicano (GBM). En algunos casos, permiten invertir desde plataformas en línea, aunque el seguimiento del desempeño es menos directo.

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Vivienda en el extranjero: desde 1,000 dólares

Con el crecimiento de plataformas transfronterizas, es posible adquirir fracciones de propiedades en mercados como Estados Unidos, Dubái o España desde México. Las inversiones parten desde 1,000 dólares, y hay empresas especializadas en facilitar estos procesos, desde la constitución legal hasta el seguimiento operativo.

Los riesgos varían: cambios en el tipo de cambio, diferencias legales y estructuras de propiedad poco claras pueden afectar el retorno.

Por ello, es clave revisar la documentación, confirmar la existencia de fideicomisos o empresas constituidas, y evaluar la reputación del operador. “Siempre hay que revisar con quién se invierte y a través de qué figura jurídica”, dijo Padilla.

En el caso de Kocomo, por ejemplo, la compra se realiza solo si existen al menos dos o tres interesados confirmados, quienes firman acuerdos de participación y se vuelven copropietarios a través de una LLC. “Kocomo nunca se queda con una participación”, aseguró la empresa.

Inversión inmobiliaria sin ladrillo completo

Cada uno de estos esquemas responde a una misma tendencia: la democratización del acceso a los bienes raíces. Ya no se necesita adquirir una casa completa ni asumir una hipoteca para participar del mercado. Sin embargo, el conocimiento del riesgo y la diversificación siguen siendo claves.

“Creo que el paso más difícil de invertir es el primero”, dijo Padilla. “Una vez que te animas, ya se empieza a ser más fácil y entiendes más. Por eso recomendamos empezar con lo mínimo, pero en la mayor cantidad de proyectos posible”.

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