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¿Qué requieren las ciudades mexicanas que albergarán el Mundial 2026?

La FIFA pone requisitos estrictos para los lugares que quieren ser sedes del evento deportivo. México cumple con ellos, pero no está libre de desafíos.
mié 03 julio 2024 05:00 AM
Estadio Azteca
En materia de estadios, la FIFA requiere un mínimo de 14 recintos con capacidad para al menos 40,000 espectadores en fase de grupos y 80,000 para la ceremonia inaugural y la final.

La asignación del Mundial de Futbol 2026 a México, Canadá y Estados Unidos ha puesto de manifiesto los enormes retos que enfrentan las ciudades sede, especialmente en materia de infraestructura, movilidad, vivienda y espacios públicos.

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Con menos de dos años para el inicio del torneo, México se encuentra en una carrera contra el tiempo para cumplir con los estrictos requisitos de la FIFA y convertir esta oportunidad en un catalizador de desarrollo urbano sostenible.

Según el documento FIFA World Cup 2030 y FIFA World Cup 2034: Descripción general de los procesos de licitación, la FIFA establece criterios rigurosos para las ciudades anfitrionas.

Qué capacidad debe tener un estadio para mundialista de la FIFA?

En materia de estadios, se requiere un mínimo de 14 recintos con capacidad para al menos 40,000 espectadores en fase de grupos y 80,000 para la ceremonia inaugural y la final.

En la Ciudad de México, el Estadio Azteca cuenta con capacidad para 87,523 aficionados, palomea la condición con creces, pero ha requerido modernizaciones para cumplir con el resto de estándares, por ejemplo.

La movilidad urbana emerge como otro punto crítico. Mario Romero, director general de Impact Hub CDMX, señala en un comunicado: "Para recibir a cientos de miles de aficionados es imperativo optimizar el sistema de transporte. Esto incluye mejorar la infraestructura vial, incrementar la capacidad y la frecuencia de los servicios de transporte público y fomentar el uso de alternativas sostenibles como bicicletas y vehículos eléctricos".

La FIFA exige un plan integral de movilidad que garantice la conectividad entre estadios, centros de entrenamiento, hoteles y aeropuertos.

Esto implica no solo mejoras en la red de transporte público, sino también en la infraestructura vial y la gestión del tráfico. Para la Ciudad de México, con sus conocidos problemas de congestión, este requisito representa una oportunidad para modernizar su sistema de movilidad.

En cuanto a las estancias, la FIFA requiere un mínimo de 72 alojamientos para equipos y árbitros, además de suficiente capacidad hotelera para aficionados, medios y personal de la organización.

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La crisis hídrica que enfrenta la Ciudad de México añade complejidad al escenario. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el sistema Cutzamala, que suministra 27% del agua de la capital, se encuentra en menos de 27% de su capacidad.

Garantizar el suministro de agua para el evento y la población local será un desafío mayúsculo que requerirá soluciones innovadoras y sostenibles, agrega Mario Romero.

Los aspectos medioambientales también son prioritarios para la FIFA. Exige, además, la implementación de estrategias de sostenibilidad y respeto a los derechos humanos. Esto incluye planes para la gestión de residuos, eficiencia energética y accesibilidad universal en todas las instalaciones del torneo.

En una ciudad que genera más de 13 toneladas diarias de residuos sólidos y donde siete de cada 10 días presentan mala calidad del aire, la gestión ambiental se vuelve crucial.

"La celebración del Mundial tiene el potencial para ser el catalizador de un cambio positivo que nos coloque como una de las ciudades más sostenibles y con menor impacto ambiental", afirma Romero.

El aspecto tecnológico no queda fuera de las exigencias. La FIFA requiere una infraestructura de telecomunicaciones robusta, capaz de soportar la demanda de miles de aficionados, periodistas y personal técnico. Esto implica una mejora significativa en la conectividad digital de las ciudades sede.

El impacto económico potencial es considerable. Un estudio de The Boston Consulting Group calcula que las ciudades sede podrían recibir una inyección económica de hasta 620 millones de dólares. Sin embargo, para capitalizar esta oportunidad, las ciudades mexicanas deben superar sus desafíos de infraestructura y desarrollo urbano.

La cuenta regresiva para el Mundial 2026 está en marcha. Las ciudades mexicanas tienen ante sí la oportunidad de transformar sus retos en un legado duradero de infraestructura moderna, movilidad eficiente y desarrollo sostenible.

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urbanismo Copa Mundial

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