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La pandemia evidencia la vulnerabilidad en los condominios

La violación de reglas de convivencia y la falta de pagos de cuotas y alquiler afectan el valor de los inmuebles.
vie 19 junio 2020 05:00 AM
Neighbors
La pandemia agravó los problemas condominiales.

La pandemia de Covid-19 evidenció la vulnerabilidad de las reglas de convivencia entre la s personas que habitan en condominios , sin olvidar el tema económico, traducido en falta de pago administrativo o incluso del alquiler, en perjuicio de los inmuebles y del daño patrimonial de propietarios.

En lo que va de la cuarentena, en los condominios se han reportado connatos de violencia, fiestas, falta de servicios (como agua), agresiones a vecinos que se dedican a prestar servicios de salud o falta de cuidado para evitar contagios. Esto, a pesar que desde marzo la Procuraduría Social de la Ciudad de México (Prosoc) comenzó a emitir recomendaciones para este tipo de viviendas.

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En entrevista con Obras, Adolfo González Olhóvich, presidente de la Federación Mexicana de Administradores de Condominios y Edificios (FEME) comentó que ahora que los condominios están llenos se han robustecido temas como la higiene, pero “también se han dado cosas desagradables, incluso con temas de discriminación para aquellas familias que se encuentran en enfermedad, lo que es algo grave”.

También comentó que en estos días de afectación para las economías familiares las cuotas de mantenimiento “no son prioridad, lo es la comida”, pero eso complica la operación de los edificios “que se queda sin dinero y es un tema que se está convirtiendo en algo muy serio”.

Sin pasar por alto el tema de los arrendamientos, porque las personas han dejado de pagar su alquiler y por ahora no se pueden tomar acciones judiciales, ya que los tribunales están cerrados, agregó Adolfo González.

A causa de la jornada de Sana Distancia, la Prosoc también se halla en suspensión de términos, lo que impide que se lleven a cabo trámites o acciones en general. Por ahora sólo se reciben quejas a través de redes sociales y trabajan en la habilitación de trámites digitales. Las denuncias también son atendidas por la policía capitalina en el 911.

En algunos casos ha habido acuerdos entre arrendatarios y arrendadores, pero en otros los problemas siguen estando ahí. Cuando la actividad jurídica empiece “se va a atiborrar”, aunque las demandas de arrendamiento tomen entre 12 y 18 meses, porque las personas se sienten lastimadas en sus derechos. Por esa razón, la FEME piensa que quizá en ocho meses habrá cambios de dueños de inmuebles por las hipotecas que no se están cumpliendo.

Dejar de pagar una renta afecta toda una cadena financiera. “Si tienes un departamento que adquiriste con un crédito y lo estás rentando pero te dejan de pagar ese dinero, dejas de pagar el crédito, entonces entras al Buró de crédito y te piden que pagues todos los financiamientos que tienes; se convierte en un problema porque vivimos en un mundo conectado”, explicó el presidente nacional de la FEME.

Hay otro reto aún mayor que es “salvar los edificios con el poco dinero que hay”. Adolfo González recordó que cuando no se le da mantenimiento a un edificio éste reduce su valor.

Según el portal Inmuebles24 uno de los criterios más relevantes para calcular el valor de un inmueble es la funcionalidad de sus instalaciones. “En cualquier inmueble la antigüedad pega de forma directa a las instalaciones eléctricas, de agua y de ventilación; a lo largo del tiempo éstas se deterioran requiriendo composturas, no hacerlas puede impactar de forma directa al costo final de una vivienda”.

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De acuerdo con el portal Comunidad Feliz, firma que ofrece tecnología para la administración de condominios, las cuotas de mantenimiento garantizarían la operación básica del edificio: seguridad, limpieza, recepción y amenidades. Por ello, también contempla el pago al personal necesario para esa operación, las herramienta, gastos extras y del 10% al 15% para la administración.

Dunia Ludlow Deloya, coordinadora general de la Autoridad del Centro Histórico y antes diputada local, relata en uno de sus artículos que en la ciudad de México existen 7,234 unidades habitacionales, donde habitan de 3.5 millones de habitantes, pero siete de cada diez edificios no están registrados ante la Prosoc. También calcula que en 2030 habrá 1.2 millones de viviendas en régimen de condominio.

Lo anterior revela el grado de desorganización y la falta de cultura condominal que prevalece en las unidades habitacionales, que durante esta pandemia han cobijado lo mismo improvisadas oficinas, cuartos de hospital, salones de fiesta en combinación con su función de vivienda.

La Prosoc lanzó recientemente una convocatoria a la ciudadanía para participar en las reformas a la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal, que buscan endurecer las sanciones ante el incumplimiento de las reglas de convivencia y administrativas. Los interesados pueden enviar su propuesta de redacción de artículos a prosoc.cdmx.gob.mx/ley-condominal.

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