Finsa, por ejemplo, se alió con Walton Street Capital México y adquirió nuevas propiedades como parte de su estrategia de expansión. En total, a su portafolio se sumaron 98,000 metros cuadrados; dos de estos inmuebles fueron vendidos por Fibra Prologis.
Macquarie, por otra parte, también compró 148,000 metros cuadrados en México y Nuevo León, con el objetivo de continuar invirtiendo en activos clase A en los mercados más dinámicos de México.
Funo, uno de los fideicomisos más grandes del país, decidió diversificar su portafolio. Una de las acciones más llamativas fue la incursión en las bienes raíces inmobiliarias, pues adquirió 18 propiedades de Grupo Gayosso.
También destacó la adquisición del 100% de las acciones de Fibra HD por Fibra Plus.
El negocio, además, empujó la modificación de esquemas de algunas empresas, como Meor, que se dedicaba a hacer espacios built-to-suit, pero ante la demanda de naves industriales, decidieron abrir una nueva línea de espacios especulativos. El primer parque con este nuevo modelo se ubica en Tijuana.
¿Qué sigue después de recibir la vacuna contra el COVID-19?
“Esta percepción positiva se ve respaldada por los resultados al cierre 1T 2021 donde la demanda bruta en los mercados monitoreados por Solili supera 1.2 millones de metros cuadrados a nivel nacional, destacando la capital con 261,000 metros cuadrados, Ciudad Juárez con 225,000, Guadalajara con 163,000 y Monterrey con 157,000 metros cuadrados”, destaca la inmobiliaria.
En el caso de la Ciudad de México y la zona de Cuautitlán, Tultitlán y Tepotzotlán (CTT) se espera que en los próximos meses se inicien proyectos especulativos. Hasta el momento, se incorporaron al inventario cerca de 185,000 metros cuadrados clase A.