Las restricciones al gasto público, la falta de liquidez, la pérdida de poder adquisitivo del peso mexicano e incluso la caída de los precios del petróleo, se convierten en un caminio sinuoso que mantiene alerta a los constructores, quienes comparten su percepción del panorama actual, no exento de inseguridad y extorsión.
Consulta aquí el sondeo completo en la revista Obras edición 523.