Para generar espacios incluyentes, la secretaría se basa en cinco recomendaciones de la ONU: conocer si el espacio y su uso es diverso y apto para todas las personas, si es accesible a través de medios de transporte y vialidades, además de rampas y pasos peatonales.
También se considera que haya servicios de infraestructura y mobiliario para hombres, mujeres y personas con discapacidad, tomando en cuenta la iluminación, botes de basura, señalización, bancas entre otros. Se recomienda conocer si los espacios son disfrutables para toda la población, a través de elementos como los sonidos y olores o comportamientos sociales que se desarrollen. El medio ambiente es otro elemento, ya que debe haber vegetación y gestión adecuada de agua y residuos.
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Nueva metodología
La Sedatu estableció su propia metodología para llegar a su objetivo. Llamada Ciuatl , entabla pasos para obtener información sobre cómo las mujeres perciben su entorno y eligen las modificaciones que deben realizarse al espacio.
“La importancia de la aplicación de esta metodología radica en el reconocimiento de que los espacios públicos no son neutros, ya que ahí se reproducen relaciones básicas entre los géneros matizadas por un entorno heteronormado y patriarcal, por tanto, también allí, se inscriben los patrones básicos de violencia social”, dice la guía.
El diagnóstico se llevará a cabo con las herramientas de consulta que utiliza la Sedatu antes de edificar las obras del PMU, y tomando en cuenta la paridad de género en los comités que llevan a cabo los estudios.