Por la diversidad en su oferta de industrias y sus bajas tasas de desempleo, de 3.9% a diciembre de 2022 de acuerdo con la consultora Colliers, ha impulsado la migración tanto interna como externa. En la actualidad Texas es el estado al que más llega población.
Pero para invertir en bienes raíces en una época de tasas de interés altas y una constante movilidad en la ciudad, las apuestas no se pueden hacer al azar. Blanca Rodríguez dice que hay un segmento clave: la vivienda de renta de larga estancia del segmento medio.
“Este segmento nos parece 100% anticíclico y resiliente, ya que es para la clase trabajadora y jóvenes profesionales de estas ciudades. Es una vivienda de un promedio de 1,000 dólares de renta al mes que está muy demandada por profesionistas que se acaban de graduar o que se mueven a este tipo de ciudades por el gran dinamismo de la economía”, comenta la directiva de Marhnos.
“Lo último que dejas de pagar en una crisis es en donde vives, y en este caso se trata de un departamento en donde realmente resides, no una segunda residencia”, agrega.
Y especifica aún más, que los inmuebles construidos entre las décadas de los 70 y 90 son los más convenientes debido a que por la edad tienen precios más bajos, pero excelentes ubicaciones. La estrategia de Marhnos es adquirir estos inmuebles, especialmente los que necesiten ligeras remodelaciones y agregar elementos estéticos como distintos acabados y áreas verdes, así como la implementación de sistemas sustentables.
“Hoy por hoy con el aumento en la tasa de interés los jóvenes de la clase trabajadora ven más lejano obtener una hipoteca, además del aumento en el precio de la construcción, por lo que voltean a ver la vivienda en renta”, puntualiza.
Nueva York: aprovechar la caída
Una de las ciudades más referenciadas del mundo en el cine y la literatura pasa por una etapa en la que las personas deciden salir de ella y conseguir lugares más económicos para vivir, ya que así como es popular por la gran oferta de cultura, entretenimiento y gastronomía que alberga, también lo es por sus altos precios.
De acuerdo a Realtor, plataforma de venta de propiedades, el precio promedio de la vivienda en la ciudad al cierre de agosto del año pasado fue de 715,000 dólares, precio mucho más bajo que el mismo mes pero durante el año anterior. En abril de 2022, cuando se registró el pico de su valor en los últimos tres años, se cotizaban en 855,000 dólares, debido a que las inmobiliarios aumentaron el costo de los inmuebles ante la caída de las tasas de interés en hipotecas.
El fenómeno también tuvo empuje a partir de la movilidad interna que comenzó en 2021, durante la pandemia. En ese año 91,758 personas salieron de Nueva York para residir en Florida, —tres años antes fueron 63,722— y 91,421 más a la ciudad vecina Nueva Jersey — en 2018 fueron 57,600—, de acuerdo a la Oficina del Censo de Estados Unidos.
Esto ha causado que, una vez más, el mercado de las rentas sea el ganador. “Lo último que hay de construcción son los permisos que se dieron durante el periodo de covid, que ahora están entrando al mercado. No hay muchos proyectos nuevos empezando, por lo que la oferta será limitada. Así que el precio del alquiler está incrementando mucho”, dice Matías Recchia, de Keyaway.
Pero si bien de la ciudad salen personas para vivir en otros estados, también hay generaciones jóvenes que llegan al lugar, por lo que la población se ha mantenido en los mismos niveles de antes de la pandemia.